Los historiadores aún debaten sobre cuándo aparecieron los primeros virus de computadora. No obstante, sabemos algunas cosas con certeza: la primera computadora que se cree fue inventada por Charles Babbadge no tuvo ningún virus. Pero a mediados de los 70, Univax 1108 e IBM360/370 ya habían sido infectadas.

Sin embargo, la idea de los virus informáticos en realidad apareció mucho antes. Muchos consideran que el punto de inicio fue dado por John von Neumann en sus estudios famoso en los años 1940’s sobre un autómata capaz de reproducirse. En 1951, Neumann ya había propuesto métodos para demostrar como crear ese autómata.

En 1959, el matemático Británico Lionel Penrose presentó su punto de vista sobre la reproducción automatizada en un artículo de la revista Scientific American “Self-Reproducing Machines’. A diferencia de Neumann, Penrose describió un modelo simple de esta estructura de dos dimensiones que podría ser capaz de activarse, reproducirse, mutar y atacar. Después de un tiempo de publicado el artículo de Penrose, Frederick G. Stahl reprodujo este modelo en un programa para IBM650.
Se debe hacer notar que estos estudios nunca intentaron proporcionar una base para el desarrollo del malware. Por el contrario, estos científicos estaban luchando para perfeccionar este mundo y hacerlo mejor para los seres humanos, y estos trabajos ayudaron a la fundación de muchos estudios posteriores sobre inteligencia robótica y artificial.

En 1962, un grupo de ingenieros de America’s Bell Telephone Laboratories, V. Vyssotsky, G. McIlroy, y Robert Morris, crearon un juego llamado ‘Darwin’. El juego consistía en un “árbitro” en la memoria de la computadora que determinaba las reglas y orden de la batalla entre los programas creados por los jugadores. Los programas podían atacar y destruir a los programas del oponente y lo más importante, reproducirse. El objetivo del juego era borrar los programas del oponente y ganar control sobre el campo de batalla.

Las suposiciones de los científicos e ingenieros sobre el inofensivo juego se oscurecieron cuando el mundo se dio cuenta de que la teoría de la auto-reproducción podía ser usada con el mismo éxito para propósitos completamente diferentes.