Los Trojan-Spy (troyanos espías) se utilizan para espiar las acciones de los usuarios (capturando los datos introducidos por el usuario mediante el teclado, haciendo capturas de pantalla u obteniendo una lista de aplicaciones en ejecución). Luego, la información obtenida por estos programas maliciosos es transmitida a los cibercriminales. Con el objeto enviar esta información, los delincuentes utilizan correos electrónicos, protocolos FTP o la web.