Los programas clasificados como Trojan-Clicker están diseñados para acceder a los recursos de Internet (normalmente, páginas web). Esto lo consiguen enviando comandos al navegador o sustituyendo los archivos del sistema que proporcionan las direcciones a los recursos de Internet (como los archivos hosts de Windows).
Un cibercriminal puede utilizar un Trojan-Clicker para:
- Aumentar el número de visitas a ciertos sitios con el fin de manipular el número de accesos a anuncios en línea.
- Llevar a cabo un ataque DoS (denegación de servicio) hacia un servidor determinado.
- Direccionar a las posibles víctimas para que ejecuten virus o troyanos.